“Mariposas amarillas que vuelan en le aire,
Mariposas amarillas que vuelan en el aire
Lairalalala lala lairalalalala..."
Asi suena en mi memoria musical y hace parte de la banda sonora de mi infancia . Tendría 5, 6, 7 años. En el pueblo donde nací, Bolivar Cauca, en épocas navideñas mis padres bailaban este y muchas otros clásicos de la Colombia tropical que unían y unen en un solo compás su inmensa geografía dispar.
Entre la realidad de la escuela, la catequesis, los deberes en casa y el campo, éste, se me quedo grabado con sus colores, olores y sabores. Recuerdo por ejemplo el viento: allá en lo más alto del cerro, agarrado a las rocas y de los brazos de mis hermanos mayores para no caer , zumbaba con su voz, voz que a medida que caía la tarde crecía; experimentaba el miedo sentado sobre un peñasco escuchando a los más jóvenes contar la historia del frayle que se perdió por esta montaña y nunca más apareció, que solo se presentaba como un fantasma que deambulaba espantando aquellos osados que permanecieran hasta tarde por estos parajes; comprobábamos la mentira cuando con nuestra mirada descubríamos un kilómetro de carretera asfaltada en medio del bosque que en su día los gamonales de turno prometieron unirían los abandonados pueblos de este sur andino; el camino entre el pueblo y el cerro, me permitió conocer el negro azabache de un arrayán maduro, el rojo vivo de un chambimbe, el transparente sabor del agua de por lo menos 5 riachuelos que atravesaba, el sabor de la miel que con mucha guerra robaba a las abejas de sus colmenas, 45 minutos de un camino que hoy se convierten en una eternidad que iluminan el alma.
Nos trasladamos a la capital del departamento toda la familia, llegan los autobuses, la televisión, las enfermedades de los abuelos ( decían los mayores que a mi abuelo Floro le hacía falta la tierra ), y el cole. En la clase de literatura nos preguntan por macondo. Había que tragarse cien años de soledad para intentar responder y en un trabajo escrito, investigar, leer textos que hicieran alusión al tema .... Al final un 6 raspao con sabor a 3.
Llega Europa y alguien me pregunta y Macondo? Y yo sólo sé tararear y recordar aquellos 45 minutos;
“Mariposas amarillas que vuelan liberadas
Mariposas amarillas Francisco Babilonia...
Eres la epopeya de un pueblo olvidado...”
