miércoles, 22 de octubre de 2008

Cronica de una ruta anunciada

Eran las 5 de la mañana y la tos no me dejaba dormir, afuera se escuchaba un lento llover que me daba más razones para abandonar mi idea. Aquella de dos horas más tarde, participar en la ruta (la octava) Sierra de Paterna , que a escasos 800 metros donde me encontraba, daría salida a un mar de ciclistas provenientes de toda Andalucia y otras regiones Españolas.

El gripazo que tenía encima tenía su antecedente en dos soberbias mojadas por la zona de Berrocal y Pueblo Nuevo que había vivido el fin de semana anterior a la Ruta. Habíamos hecho 105 km que parecían 200. Así cerraba mi preparación que inicie desde junio de 2008 en la Zona de Escacena del Campo y que me llevo a un día descubrir en Internet, la pagina del Club Cañoñazo del Pueblo vecino, Paterna del Campo y su anuncio principal de una Ruta con solera por la participación de cientos de ciclistas y todo un pueblo volcado en este evento. Otro descubrimiento importante fue ver un foro muy activo donde entre otras los ciclistas quedaban para salir en una zona llamada Las Palmeras, me animó un día unirme a su salida y darme un palizón –Lo máximo que había hecho eran 40 km y este primer día me dierón la bienvenida con 100 km- Podía haber abandonado, pero me había picado el gusanillo ese de la bici, y recorrer estos campos Onubenses.



Debo decir que había un antecedente con una motivación muy fuerte para inclusive inscribirme en la Ruta versión 2008, sin saber nada del mundo del ciclismo, menos de mecánica, con una bici prestada…la motivación de fondo era mi sobrina Jennifer q.e.p.d., una Biker que a sus escasos 13 años ya tenía un palmares envidiable en tierra de ciclistas, era ya una realidad y promesa a la vez de grandes cosas, pero que no fue posible y ronda siempre en mi cabeza y me motiva fuertemente cuando pedaleo.


Así inicie una pre-temporada, unido a un grupo humano de Paterninos del Club Cañoñazo.Un sin número de buena gente a los que a pesar de haber compartido numerosas salidas, no me he quedado con los nombres. La meta estaba clara que era hacer la ruta alternativa, pero antes hubo pequeñas metas que más o menos las fui superando. Así me fui familiarizando con este mundo al que siento he llegado tarde, pero que me ha dado ganas y un enganche que espero den para mucho.


Las 7.45 y aun sin decidirme, el cajón de salida cerraba a las 8:30. De pronto la lluvia menguo, fuera de casa pasaba una furgoneta cargada de ciclistas perdidos buscando otra supuesta salida a Paterna. La principal estaba atascada. Todo esto en conjunto me empujaron a exclamar ¡¡¡me voy!!. Un termalgin y un vaso de leche con miel, el maillot, el chubasquero, la mochila y salir a mil. Y otra razón de peso, la bici, que nunca le había hecho una revisión ese día estrenaba desviador y pedales y con el dorsal puesto hacía una semana, se veía más elegante que de costumbre. Mil razones para dejar atrás los achaques del catarrazo. A esa hora y con la lluvia sólo mi suegra estaba levantada ofreciéndome sus roscos y “oreja de aba”. Lo último que le escuche decir despidiéndome: ¡¡¡que valor!!!


Aún sin salir el sol, volvía a llover; los escasos metros que separan Escacena y Paterna estaban colapsados, intentando esquivar los coches, descubrías a gente cambiándose y bajando sus bicis en plena vía. El ambiente a pesar de la lluvia era intenso y de nervios. Eran más de las 8 y había que apresurarse. Me dirijo hacia el cajón de salida y desde la parte alta diviso a ese mar de ciclistas que con mucha anticipación, habían agotado las inscripciones hasta completar más de 1300 participantes. Como novato que era, intentando buscar una cara conocida o de referencia me acerque a una carpa de la organización, reconocí a Miguel, uno de los tantos con los que he salido en las rutas y al verlo sin el casco y el maillot, me costaba identificarlo. Me indico por donde entrar al cajón, y una vez dentro intente ubicar a los felices anfitriones cañoñeros. Me encontré con Polo y el Morra, junto a ellos estaba Inma, la única chica del club que hizo la ruta y otros cuantos cañoñeros.


Salida neutralizada por las calles del pueblo y rumbo a la sierra. Primeros kilómetros atiborraos de ciclistas. Primeras cuestas, vi caer a más de uno, muchos pinchazos y roturas de cadenas demasiado rápido. Era un terreno conocido para mi y me lo tome con calma pero con constancia y me encontraba bien. Alguien me dice que llevo poco aire en la rueda y continuo pedaleando esperando a que se desinfle del todo, cosa que nunca sucedió. Por el camino me encontré con Cañoñeros Polo, Domtrambike y mucha gente en los avituallamientos. No me pare en ninguno de ellos, quería probar mis piernas, el ambientazo me animaba, la gripe la olvidaba por momentos, iba cargado de barritas y de Isostar.


Un ciclista llevaba sobre su mochila un cartelito que rezaba “vendo bicicleta por motivos matrimoniales” rápido me traslado también a pensar que mi preparación fue un esfuerzo en mi casa también de mi mujer y mis dos hijos. Muchos domingos y sábados me perdía en toda la mañana para hacer bicicleta y con razón se quejaban de mis ausencias.

Llegamos al punto donde se separaban las rutas. Estuve apunto de seguir la larga, venía charlando con un chaval de Guadaira,Sevilla, pero volvían a caer algunas gotas y mis pulmones no funcionaban del todo bien. Pa´ casa, le digo a dos chavales de club de Valverde que tomaba el camino alternativo y comentaban entre ellos:"somos la vergüenza del club"


Pasando la llamada Pata del Caballo y el último avituallamiento, empece a descender y por delante había pocos ciclistas. Mucha gente por Tujena


Al acercarnos a la última cuesta escuchamos sorprendidos mucha alaraca, en primer momento pensamos que era a gente del pueblo jaleando y aplaudiendo, pero no, era un criadero de pollos que al inicio de esta “simpática cuesta” te avisaba del último esfuerzo que faltaba “Pinguete”.


Sobre la meta alternativa esperaba encontrar a mi familia. Habían venido cerca de 15 personas desde Huelva, con las cámaras listas y deseosos de verme y de acabar de una vez con la temporada ciclista 2008, pero no fue posible. No sabian de la doble meta. Y me esperaron dos horas por la entrada principal.


Ahora "cuando el músculo duerme y la pasión descansa", al final, mi desición de hacer la ruta a pesar de la semana que traía acuestas, fue la más acertada. Hoy aún sigo con el gripazo y si esto no se me pasa ya, tiene visos de una bronquitis, que no me ha dejado ni coger la bici, ni para ir al trabajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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